Se ha hablado siempre largo y tendido sobre los beneficios de beber café a largo plazo, como sus propiedades frente al párkinson, algunos tipos de cáncer o las propiedades adelgazantes. Pero, ¿qué le sucede a nuestro cuerpo cuando bebemos café? Nuestro organismo reacciona a la dosis de café que consumimos a diario en pocos minutos.

El café es uno de los productos más universales que existen. Hay personas que no son capaces de arrancar el día sin su dosis de cafeína, ni dan por terminada una comida sin un buen café. No en vano, el café es la segunda bebida más consumida del mundo, después del agua.

¿Qué le sucede a nuestro cuerpo cuando bebemos café?

En pocos minutos, en torno a los 45 minutos después de tomarnos nuestra dosis, ya tenemos en sangre la mitad de toda la cafeína del café. Lo cual nos refleja que tiene una rápida absorción y unos efectos que se prolongan hasta las 3 y 4 horas después de su ingesta.

Una taza de café estimula nuestro sistema nervioso

La principal razón por la que consumimos el café preferentemente por la mañana es porque tiene un efecto estimulante inmediato. Además, por su puesto de que nos encanta su sabor. Su efecto estimulante, reduce la sensación de fatiga y cansancio y mejora nuestra concentración.

Este efecto va desapareciendo de manera progresiva a partir de la hora del consumo.

El café aumenta la presión arterial

El café hace que aumente la presión en nuestro flujo sanguíneo, inyectando a nuestro corazón adrenalina y cortisol. Esto se traduce en que aumenta nuestro ritmo cardíaco y nos prepara para la intensidad de nuestra jornada.

El café nos prepara para hacer deporte

En el desayuno de un buen deportista no puede faltar el café. Esta bebida prepara y mejora nuestra eficacia muscular. El café mejora el funcionamiento de los músculos, unido a la mejora de la coordinación, concentración y disminución de la fatiga, lo convierte en un aliado ideal en la práctica de cualquier tipo de deporte.

Además de todo ello, acelera nuestro ritmo metabólico ayudándonos a quemar más calorías. Así que si nuestro objetivo es bajar de peso, el café será un buen aliado. Y desde luego, es mucho más recomendable que las bebidas energéticas. Estos productos artificiales, además de cafeína tienen una gran cantidad de azúcares, por lo que no son nada recomendables en una dieta para deportistas o de bajada de peso.

El café es diurético

El café tiene propiedades diuréticas. Es decir, nos ayuda en la eliminación de líquidos. Seguro que en alguna ocasión, después de tomar café, has sentido la necesidad de ir al baño. Esto se debe a que el café aumenta la producción de orina, debido a que genera un efecto en los riñones que les hace que se genere una mayor concentración de agua.

El café nos ayuda a hacer la digestión

Otro de los momentos estrella para tomarnos nuestro café es después de una comida. El cuerpo casi que nos pide ese punto y final. El café favorece la digestión debido a que estimula la creación de jugos gástricos. De esta forma, nos ayuda a digerir todo aquello que hemos consumido previamente a tomarnos ese café.

El café tiene una gran cantidad de propiedades a largo plazo, pero como vemos, también a corto plazo. Ofrece una gran cantidad de beneficios en nuestro organismo de forma inmediata. Sus efectos para la salud, esa ayuda diaria y ese sabor y olor que tanto nos encantan, hace que no nos sorprenda que estemos hablando de la segunda bebida más consumida del mundo, tan solo por detrás del agua.